Repasar una página en blanco requiere de una ardua dedicación. No resulta sencillo adquirir la disciplina adecuada cuando el error permanece mimetizado por la nada. Y es en una noche abierta al olvido, cerrada a la ilusión, es en esa noche precisa, es preciso encender una fogata en mi cuarto, en mi pieza, despedazado y cantando, esperando por una redención que me apura, que no me deja un vértice de equivocación. Y yo me quedo en blanco, sin encontrar mi error.. Mas es en este tipo de noches, cuando la algarabía se nota distante, es cuando más uno intenta empujar, solazarse con una esperanza que no promete retornos, mas sí conclusiones que un amigo, que un hermano, se ha tomado la molestia de reportar:
«Es mejor ser siempre, que alguna vez haber sido».
Y sólo por esa frase, uno se siente, se sienta, con ganas de volver, con ansias de seguir.
Acaso sea mejor así.
martes, 23 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)